miércoles, 6 de julio de 2011

Penal de Pavone

Cuántas mujeres han transcurrido su vida por estos pasillos; cuántas historias desgastadas y cuántas otras malogradas.

Penal de Pavone, cárcel del exilio subversivo. Edificio prisionero.

Grieta de la historia, grieta de la libertad desajustada.

Han pasado ya sus años y el Penal de Pavone sigue haciendo historia,

¿No será que la historia se sigue haciendo desde la más remota memoria?

Tiro al blanco

No sé cómo fue que nací allí, sólo sé que soy una ínfima e importante parte de esta historia; tan diminuta que domingo a domingo me denigran.

Pertenezco a una gran familia que, al igual que las distribuciones de clase, nos han repartido por todo el terreno de manera desigual; y eso que yo he sido afortunado. Mejor ni opinar sobre mis otros compañeros que pertenecen a familias de segunda clase…

Dijera mi canción favorita: “porque no tengo nada que me sobre por eso es que yo digo que soy rico, porque prefiero ser un tipo pobre que ser alguna vez un pobre tipo…”

Dicen por ahí que tengo baja autoestima. Como fuere, por suerte no soy el único, pienso. No me quejo. Después de todo, estos conceptos que están en boga últimamente me han ayudado. Es así que me digo resiliente…

Además, estoy aquí contando una historia no por ser buen narrador sino porque me han convocado en la representación y eso ya cobra otro color; me da un estatus superior. Han pensado sobre mí. Automáticamente pienso, a la vez, que es lógico que hayan pensado en mí, pues sin mí no habría historia: sin pelito blanco no habría punto de impacto.

He salido en los diarios y eso me ha devuelto a la vida. Pensar que yo sostuve la presión de ese balón; estaba transpirando el universo…fue, dijo mi abuelo que leyó en el pasti-diario, como el big bang: el origen. El mundo se detuvo; el génesis. La vida contenida en un suspiro. Y yo estuve ahí.

Jáh!, eso sí que no me olvido. Ahora sigo detenido, en el mismo lugar, con el pelito prolijamente cortado y siempre blanco. Soy ese punto, un integrante del punto histórico desde donde se pateó el penal de Pavone: quién me quita lo bailado…

Y sigo aquí esperando a ser aplastado otra vez, por quién quiera reconocer mi importancia; aunque sólo sea de vez en cuando la esperanza…

INCONCLUSO

Inacabado

iNcompleto

un Cuento

Onírico

iNicuo

inoCuo

Lo cotidiano

hUsmear

Saber

insulsO

viernes, 24 de junio de 2011

Crónica falsa de Ignacio

Despertaste ese día por un sonido que venía del exterior. Tus pies pronto tomaron la temperatura del piso y deseaste haber aceptado las pantuflas con cabeza de oso polar que te había querido regalar Marita. Te asomaste por la ventana y si, era otoño otra vez. Beto, el perro de tu hermana, estaba jugando con las hojas secas debajo de tu balcón. Pensaste que en el contrato hospitalario no cubría ese tipo de eventos. Te miraste al espejo: había un hombre de unos veintipico de años, que había dejado el gimnasio hace tiempo y en la punta de la barba había unos pequeños colorados infiltrados. De repente, otro sonido. La dirección indicaba hacia la ventana. El colectivo que te tomabas todas las mañanas estaba pasando en ese instante. Frenéticamente, tomaste el saco azul que no te gustaba, los guantes de lana que te recordaban el viaje al Norte del año pasado y las zapatillas que contaban el partido de fútbol de la noche anterior. Esperabas el colectivo y te empezaste a preguntar por las personas que siempre veías en la parada a la misma hora.
Empezaste observando a un hombre de estatura mediana, tal vez un profesional por su traje, portafolio y su peinado (ridículamente, pensaste) engominado. Sabías a qué hora se tomaba el colectivo. Lo viste subir y encontrar mirada con una mujer que siempre usaba un vestido de lunares rojos. La mujer, lo observaba desde la parada siguiente, pero nunca se tomaba ese colectivo. Te preguntaste por qué todos los días y a la misma hora, se quedaban mirando, sonreían y luego la mujer se sonrojaba. Ese día bajaste del colectivo en la parada de la mujer. Esperaste a que emprendiera el viaje, subiste al colectivo detrás de él y la observaste con sigilo. No habías notado, hasta ese día, que tenía un lunar en la frente y una sonrisa infantil. La mujer miró por la ventana y desde una parada un niño con delantal blanco la saludaba con entusiasmo. Ella le dibujó un sol por la ventana, el niño asintió con la cabeza y le enseñó un dibujo hecho con témperas de un arcoíris. El colectivo retomó el viaje, ellos se despidieron con una sonrisa. Esperaste a encontrar algo más. Unas manos delgadas y con un reloj de plata dejaban sobre un asiento una carta. El papel viajó solitariamente hasta la parada siguiente en la que otras manos más pequeñas y algo rosadas lo encontraron. Unas lágrimas mojaron los dedos, después la carta, precisamente en las palabras “te espero”.
Conspiraste en contra de la percepción guiada por los hábitos; como un pintor que descubre sobre su obra casi finalizada, formas que no había ideado. Eso exigía combatir la geografía urbana cotidiana…
Por momentos dudaste si no estabas en un happening, esa creación espontánea donde se diluyen las fronteras entre el espectador y el creador; aunque te resististe a esa palabra por declararla “sesentista”.
Lo sé, Ignacio, porque leí un diario que dejaste caer en la reunión sobre la que presumimos que no estabas, pero al igual que a tus personajes de colectivos, nos observaste. El diario, un cuaderno de tapas verdes y fotogramas de películas en las esquinas, guardaba celosamente tu historia del día; precisamente en la puerta del restauran. Esas historias hiladas entre parada y parada te ocuparon toda la tarde y por la noche fuiste a nuestra primera reunión del taller literario. Tal vez habrás llegado justo en el momento en que hablábamos de la inspiración, cuando nos preguntábamos cuál era la llave que abría a ese paraíso donde las ideas se impregnan en nosotros y nos sucumben hasta que las volcamos en textos. La reflexión te habrá parecido tremendamente aburrida, claro! si vos sabés que no hay que pedirle nada a la imaginación, la realidad es nuestra fuente de inspiración más genuina.

miércoles, 22 de junio de 2011

Algo que encontré anoche!

Buscando inspiración para escribir en función de una de nuestras consignas..
me dio gracia encontrarlo, asique lo comparto!
un abrazo


viernes, 10 de junio de 2011

LQS: ¿Lo que sería?

Cumpas,

He andado disperso, y tal vez la misma declaración sea atribuible a todos. Pero ¿tenemos ganas de continuar con este espacio? Espero que mi respuesta afirmativa también pueda serles atribuida a todos.

Si les parece, nos encontremos el lunes que viene en casa, en horario a confirmar. Avísenme.

Abrazos,

Hora

viernes, 27 de mayo de 2011

Otro más por favor

-I-

El 1 de enero de 1996 me encuentra acá sentado en este bar, apoyado sobre la barra, bebiendo ya sin sed. Si sumo todos los números de la fecha que acabo de recitar voy a obtener tu edad dentro de dos años.

Jefe, la cuenta por favor. No. Prefiero seguir bebiendo. El amor con controles de alcoholemia no me la pone dura, dijo alguien por ahí. Mejor le hago caso.

Acaba de entrar Mrs Robinson ventilando sus enaguas y yo acá pensando. La veo de reojo.

Si sumo todos los números del 2 de enero de 1996 voy a obtener tu edad dentro de tres años.

-II-

Mrs Robinson pasó a mi lado y su perfume terminó de embriagarme. La veo de reojo esta vez con el otro ojo.

Me bajé del taburete y encaré –tambaleándome y como podía– para el servicio. Un mingitorio estaba vacío y en el de al lado meaba un lobo. Después de dos sacudidas –más de tres es paja– el lobo se fue. Yo lo saludé: “chau lobo feroz” y me dijo: “chau hombre araña”.

-III-

Volví a la barra y mi vaso estaba tal cual lo había dejado. Una borra verde, espesa pero medio transparente se había formado en el fondo del vaso. ¿Esto estaba bebiendo yo?

Levanté el vaso y miré a través de él: “todo está verde”, pensé. Y vos no estás ni verde, ni madura y tampoco estás acá, como me habías prometido que ibas a estar. Hoy voy a dejar mi disfraz colgado en otro perchero. Ahí vuelve Mrs Robinson.

Si sumo todos los números del 3 de enero de 1996 voy a obtener tu edad dentro de cuatro años.

Jefe, póngame otro más, por favor.

martes, 24 de mayo de 2011

vaivén (o canción de cuna)

Un osito verde
-que ni rosa, ni celeste-
me esperaba antes de llegar
Una muñeca de trapo confidente de secretos de mazapán
Y una perrita en blanco y negro, compañera de aventuras invisibles
Un coro de curvas que danza en los oídos,
una triste historia de cigüeña
y varias lágrimas en su honor.
Un jacarandá y una vaca, clavados al sol
Hormigas valientes enfrentan a un despótico pie
Dibujos, garabatos de letras, tiemblan en la sien
Un monigote de arena, un gato de humo y una nena de carbón,
escondidos entre hojas, habitan y susurran sus melodías
desde un baulcito que acuno en las noches

Y sueño con colmillos de luna y espadas de viento
Clavando, cortando, separando, el cielo del mar
Mientras me mece el acompasado cabalgar de un caballo en vaivén,
compañero de madera (cortos años, largas historias –para armar-)

Y vuelven los extraterrestres de hojalata a golpear mi puerta de papel,
-que no estoy, que quizás, que ya fueron, que ya lo viví,
que se vuelva de donde vino o que se quede conmigo-
No quieren oxidarse ni que su agudo filo deje de asombrar a los espejos
(Por eso golpean con insistencia frente a la puerta de papel)

El vaivén, el cosquilleo del vértigo (que tan fácil era conseguir!),
aferrarse fuerte a sus orejitas
y dejarse llevar,
por los caminos de mil colores
que el caballito de madera
quisiera transitar

ahora te veo,
allá en el estante,
arriba,
descansando de tanto ajetreo,
y te pido
me traigas
aquellos sueños con colmillos de luna y espadas de viento
que clavan, cortan, separan, el cielo del mar
Para enfrentar las olas del desengaño
que llovieron, llueven y quedan por llover.
La próxima reunión de LQS es en el día y horario de Waking Life!
Realmente quiero ir a verla!
Pero sé que es un caos volver a cambiar el horario...
¿Opiniones?

:(

Cinéfilo

Martes 24 20.30hs "Antes del Atardecer" (de Linklater)
Miércoles 25 20.30hs "Instrument" (Jem Cohen)
Jueves 26 20.30hs "Mal Gusto" (Peter Jackson)

Los viernes nunca hay función. La agenda sigue, a mi me gustaría ver "Despertando a la vida" (Waking Life) también de Linklater, que la pasan en martes 31 a las 20.30hs. También me gustaría ir a ver la de hoy, pero no sé si llegaré!


Un abrazo amigos, hermosa velada la de anoche




lunes, 23 de mayo de 2011



Alpiste, perdiste ®

…basta sólo respirar para darnos cuenta que los miedos están en cualquier lugar. Específicos, inespecíficos, generalizados o no, los miedos están.

Mi fobia es muy particular, lleva alas, plumas, pico y hasta se cree inserta en la sociedad, tal como lo describiría una amiga al pasar.

Siempre esquivándolo, huyendo de él, intentando escapar en pos de reducir la ansiedad. Su presencia no permite que desarrolle mi vida con normalidad, pues su ausencia sólo posibilita mi fácil andar, y por su contrario su presencia mi dificultad.

Desde que esto comenzó extraño caminar sin tener cuidado del lugar por el que voy pisando. Extraño también dar pasos en línea recta, pues cada tanto debo dibujar una circunferencia para poder pasar. Incluso añoro esos momentos en los que era yo quien disfrutaba viendo y tildando de loco a los que se asustaban por nimiedades en la vía pública. Ahora soy yo de quien se mofan...mis gritos de ansiedad por la presencia de ellas hasta me da gracia a mí por la irracionalidad que los envuelve. Pues si, me pasé al otro bando, “los fóbicos”.

Como todo fóbico atesoramos un objeto, preciado y venerado, que nos sirve de bastón al momento de cantar una canción o caminar sin ton ni son por las veredas de nuestro callejón. Si, es él, el popular “objeto contrafóbico”, ese amigo por el que “…cultivo una rosa blanca en junio como en enero; (…) para el amigo sincero que me da su mano franca…”. Ese es el amigo al que va dedicado este post; quién me posibilitó hoy entonar esta canción.

No fue hasta ayer que dos alitas se posaron en mi jardín. Me dispuse a abrir la puerta – ventana y salir a oler el olor a jazmín mientras controlaba que las prendas de vestir colgadas estaban prontas a resecarse con el sol de verano. Fue ahí como las encontré, solas, despeinadas y asustadas…no más que yo, por supuesto, que ante ese estímulo una sensación interna me dijo que entrara y jugara adentro de mi casa, sin salir.

Hasta que llego, si, llego, mi objeto. Como se esperaba vomité el problema y como caballero romano salió a la carga “me importas más tú que un pichón desplumado”. Voló uno, voló otro, naturalmente. Descolgué mi ropa y fui a jugar alegremente. Mi objeto contrafóbico se marchó.

No fue hasta hoy que mamá ganso decidió volver a intentar dar sus clases de vuelo en mi jardín nuevamente. Me pregunto, ¿por qué no se van a depositarles la impronta a otro lado? Se que mi jardín es una linda pista de aterrizaje y, consecuentemente, de despegué. Que está un poco deshabitado, aunque sucio, pero es mío y me pertenece. Todavía no abrí la academia de vuelo ornitológico... ¡a cagar fuego, joder!

Lo cómico de esta historia es que yo “lo sabía”, sabía que iba a suceder esto, pero esperé dispuesta a enfrentar mi miedo, a superarlo con creces. Así, tuve la oportunidad, antes de la premonición de que la avioneta con patas volvería a mi backyard, de sacar la ropa, pero no lo hice, esperé. Fue entonces que segundos antes de que me dispusiera a buscar la ropa comencé a sentir el aleteo torpe de un pichón, tras sucesivos intentos fallidos de lograr su objetivo de volar y volar hacia el río. Así dije: “llegó la hora”. Fui, sigilosa y punzante hasta la parte trasera de mi estación de paso, abrí la ventana y contrariamente a lo que hubiese esperado, mamá ganso alzó su campamento y emprendió vuelo…el pobre pichón se había quedado abandonado.

Una terrible pena invadió mi pecho, al mismo tiempo que un incalculable miedo. Me di palabras alentadoras, de coraje y abrí la puerta. Camine y alitas intentó, fallidamente, volar. Asústele nuevamente y falló otra vez. Según dicen la tercera es la vencida, así que puse un pie en el patio, el otro y voilà! Se fue.

Saqué la ropa, con ansiedad pero con el gusto a sal, a sal de la vida. Me metí para adentro, observé que no volvieran a aparecer. No conforme marqué mi territorio, salí a encender el fuego para poder bañarme y mis amigas con alas no volvieron a aparecer…

Y así termina dulcemente el miedo de no volver a volar otra vez…

05 de diciembre de 2008

¿Por qué Ignacio no vino?

Este es un tópico frecuente de discusión entre un grupo de indecentes que, a falta de datos interesantes sobre su vida, dedican su tiempo a vaticinar posibles respuestas acerca de por qué Ignacio no vino.

Los datos empíricos con los que contamos para sumergirnos en una investigación de tal tipo son: a) Ignacio tienen una cámara, b) escribe el blog de Camara, c) es amigo de Lucía y Horacio, d) canceló la reunión 3 horas antes y, e) tenía una entrevista laboral.

¿Qué pudo haberle pasado a Ignacio? Algunas de las hipótesis, basadas en los anteriores datos son: 1) tenía una entrevista laboral, sí, para un sex-shop, 2) tiene fobia social, 3) se olvidó su cámara y por lo tanto la posibilidad de documentar el encuentro en su blog, 4) no quería ver ni a Lucía ni a Horacio.

Lo cierto es que estas suposiciones que intentan develar el por qué de un comportamiento humano, en este caso el de Ignacio, dio sustento a toda una Ciencia que incansablemente nos hace a todos los que adherimos a ella paranoicos: la Psicología.

Los psicólogos pasamos horas (no las de Hora sino la de los minutos del reloj) argumentando a favor y en contra de una situación, intentando develar los por qué y generando modelos explicativos al comportamiento humano. Esto nos hace seres profundamente detestables por todo ese cúmulo de personitas resistentes a que se suponga sobre ellos cosas que no quieren saber de sí mismos o que no quieren ni creen que otro sea capaces de conocerlas con mayor exactitud que ellos mismos.

En fin, psicólogos o no psicólogos nos hemos dedicado a hipotetizar acerca de la ausencia de Ignacio, sí, Ignacio el chico de la cámara. En la mesa se decía…

P1: che, ¿alguien sabe por qué Ignacio no vino?

Miradas que se encuentran, gargantas que tragan saliva que esconden profundas verdades, manos que se petrifican y grandes descargas adrenérgicas que mutilan las palabras pero vociferan con el cuerpo.

P2: ojos grandes y dubitativos, mirando a todos - ¡ni idea!, dijo que tenía una entrevista de trabajo…

P3: ¿una entrevista de trabajo a esta hora? – irónicamente, escondiendo suposiciones ulteriores de mejor calidad que no tardarán en llegar.

P1: Incrédulo - si, realmente…

P4: con actitud de “sujeto supuesto saber” – está clarísimo que si no vino fue porque se olvidó su cámara.

P3: casi seguro – si no vino fue porque tuvo una entrevista laboral, pero para un sex-shop

Carcajas alrededor de la mesa...

P5: con actitud Sherlock Holmes - coincido contigo mi estimado, no puede haber una entrevista de trabajo. Ahora permítame contradecirle que el motivo tampoco fue la falta de su cámara. Es de público conocimiento (vox populi, si así le agrada más) que Ignacio es un fóbico social de libro. Si chequeamos las características de este trastorno en el DSM – IV, pues aún no está el V, nos daremos cuenta de que estamos ante un caso del eje 3 clasificado como Trastornos de Ansiedad. Por favor estimada – mirando a P6 –, tome su birome y anote lo siguiente…

Todos empezaron a mirar a P5 con una atención inestimable; si un neuropsicólogo hubiese querido estudiar el impacto que posee develar un buen chisme en público sobre los mecanismos atencionales hubiera tenido el Nóbel asegurado. Cada vez más saliva se acumulaba en la garganta de los oyentes, birlar la intimidad de un extraño es de las actividades más apasionantes para la masa informe y primitiva…

P5: pipa encendida y lentes correctamente ubicados - solo para que conste amigos: “la Fobia social es el temor persistente y acusado a situaciones sociales o actuaciones en público por temor a que resulten embarazosas“. Por favor, ¿tienes a punto la lista de chequeo?

P6: si si, listo. Apretando sobre la hoja, rasgos de ansiedad marcada por el enrojecimiento de su rostro y la transpiración en su cuello.

P5: de acuerdo entonces…

Miradas atentas y expectantes a la resolución del caso.

P5: tome nota a medida que voy argumentando, por favor. Ignacio no vino porque: tiene miedo a ser evaluado negativamente en situaciones sociales y actuar de un modo que sea humillante. Además, quienes lo conocen – mirando a Horacio y Lucía, P3 y P2 respectivamente – saben que Ignacio experimenta respuestas de ansiedad cuando se expone a situaciones sociales temidas como no poseer una cámara, lo cual lo lleva a hablar y escribir en público (miedos frecuentes en cualquier Fobia Social, sobre todo si son grupos pequeños), comer en público y, en un momento u otro de la noche, ser el centro de atención. Por último, mis amigos, no quedan dudas de que estamos ante un evidente caso de Fobia social pues Ignacio tiene más de 25 años, con lo cual su edad correlaciona con que el comienzo suele ser antes de los 25 años.

P2 y P3 al unísono: ¡de ninguna manera!

P3: Ignacio C. (C de caleidoscopio) es un sujeto muy hábil socialmente que se adapta perfectamente bien a las situaciones sociales y sólo porta su cámara para respaldar sus hipótesis de vida.

P2: ontológicamente hablando, acá lo único que sabemos es que Ignacio NO VINO. Por favor P5 le voy a pedir que se retracte de lo que acaba de decir, de modo contrario procederé a retirarme inmediatamente de esta habitación.

Los aires del ambiente empezaban a caldearse. P1, P4 y P6 se miraban uno a otro sin saber qué hacer. P6 suelta la birome bruscamente, como evitando hacerse cargo de lo que había escrito. P1 baja la mirada, arrepentida de haber preguntado ¿por qué Ignacio no vino? Y P4 lentamente hurga su mochila y extrae un caballito autista que se balanceaba a modo de justificación infantil de “yo no fui, yo no fui”.

P5 comienza a reir, perverso en su mirar e impaciente; gozoso.

P2 y P3, nuevamente, con aires de defensa al prójimo se miraban y hacían una mueca de enérgica agresión.

P7: con impavidez regresa del baño, se ha perdido todos los comentarios y sólo atina a mirar un mapa que descubre la posible mentira en la que nos hemos visto sumidos durante tantos años los habitantes del minúsculo planeta tierra: Estados Unidos no es tan grande como uno creía; malditos imperialistas, piensa. Pierde enseguida el entusiasmo por el mapa y documenta con su lóbulo temporal que algo está pasando, pues su memoria le indica que la situación le recuerda a aquella vez en que se tildó de anti-comunista a León Trotsky, se paraliza y pregunta: ¿qué pasó?

P5: incólumne y tajante – no terminan de aceptar que Ignacio es fóbico, fóbico social.

P7: otra vez estos psicólogos, al mejor estilo Holmes y su paradigma indiciario intentando develar los misterios humanos. – Se para, enciende un cigarrillo, mira a cada uno de los integrantes de la mesa con rostro de ardilla que averigua por detalles la verdad de la historia – A ver qué parte no pueden entender, psicólogos, Ignacio no vino y ya, no vino. No hay más que argumentar, sólo él sabe por qué no vino y habrá que esperar a dentro de 15 días o a un bendito mail para que argumente a favor o en contra.

P5: fijamente a los ojos de P7 - ¡detractora! Siempre te has caracterizado por hacer la revolución por el mismo hecho de hacerla, jamás te has adaptado a una regla.

P2: serena, luego de beber una Quilmes negra – acuerdo con P7; en 15 días Ignacio, el que tiene el blog de Camara argumentará y sólo allí podremos saber la verdad, la verdad para Ignacio, que no es la verdad de P1, ni la de P3 ni la de P4, es la de Ignacio.

Camarera: chicos, acá tienen la cuenta, pero no se preocupen que la pagó un chico que dejo una foto con un comentario debajo. Es esta – se las muestra –. El horror. Se fue riendo y agradeciendo la magnífica noche que ha pasado junto a ustedes. Los ha observado con su ojo de pez y ha tomado imágenes de las más espeluznantes para su próximo spring break.

Silencio. El horror.

La primera reunión posterior al primer encuentro

Loquesalgueros,

A los colgados, les recuerdo que mañana es el primer reencuentro. Va a ser en lo de Estefi (alborotadora, quijote con falda, y muchos otros apodos que ya le pondremos) a las 22hs. La dire es Rondeau 541 3° C de caleidoscopio.

No falten!
Abrazos,

Hora

jueves, 19 de mayo de 2011

No me gusta; ¡me encanta!

Queridos loquesalgueros,

Les comparto una impresión: cada texto de ustedes que he leído me ha provocado el reflejo de buscar el botón "me gusta" al terminar. "¡Qué horror! - pienso - ¡Si soy yo el que más reniega contra ese facilismo!" Pues bien, es cierto. Y recién, después de leer el texto de Aye y buscar el botón "me gusta", fui aún más lejos: al no encontrarlo, se me cruzó por la cabeza agregarlo. ¡Dios nos libre!

Personalmente, y tal vez lo compartan, quisiera que este espacio se mantuviera lo más alejado posible de las características centrales del Face. Nada de mucho ruido y pocas nueces: ¡que este blog sea un nogal silencioso! Nada de expresiones que son arrastradas hacia la nada por el torrente de noticias sin sentido: ¡que este blog sea magia estancada! Nada de un "me gustas" a un click de distancia: ¡recorramos todos los renglones que sean necesarios para llegar a lo que queremos expresar!

Estoy contento porque ya estamos casi todos acá, y porque con la primera subconsigna se ha puesto de manifiesto cuán diversos somos y, por lo tanto, lo potencialmente enriquecedor que es este encuentro. Los invito a invitarse a volcar en el papel lo-que-salga (¡clink!) de la sopa de elementos de la primera consigna, Ignacio (o su ausencia) - un caballito-mecedora - un planisferio con paperas, algo tal vez no digno de un premio Nobel de literatura, pero sí de ser escuchado, discutido y que nos haga saltar a todos ideas de las cabezas como si fueran piojos (lo que yo considero el fin principal de nuestro grupo... las ideas, no los piojos).

Estoy contento porque parece que esto va bien. Entonces vamos, grandes mentes del presente, devanémosnos los sesos buscando qué tiene en común Ignacio, el caballo y el planisferio, o dándole la espalda a la relación, o dándole la espalda a uno o dos de los elementos, o dándoles la espalda a los tres y escribiendo sobre en qué se parece una vaca a la tierra; y devanémosnos los sesos también pensando cosas interesantes para el próximo encuentro, dentro de 4 días en la casa de Estefi. Recuerden, no será muy ingenioso el nombre de nuestro grupo, pero todo, absolutamente todo cabe dentro de un "Lo que salga".

¡Clink!

Abrazos.

Escribir. A la mañana, a la noche, a la siesta (de este sol otoñal). En el escritorio, en la computadora o en una hoja -lapicera en mano. Con un objetivo previo; o volcando palabras a toda velocidad, sin saber a que apuntan, o respondiendo a un objetivo por descubrir, releer y encontrar ahí el sentido (si es que lo tiene, puede que no, y también estará bien). Con una idea rumiada largamente, en proceso de decantamiento, palabra por palabra; o catarata que cae con furia de un instante a otro, sin saber cómo ni por qué, o con una causa del momento bien clara.

Pero sobre todo, y (gratamente) en este caso, escribir juntos. Lo que no significa en simultáneo ni estructuradamente, sino juntos por el intercambio de creatividades, de aportes únicos e irrepetibles, de potenciales que estallan en el encuentro con otros, y asi construir-nos juntos en la escritura. Que el conocimiento es colectivo y que no es fruto de individualidades aisladas es un mito que poco a poco va cayendo, frente al monstruo del copyright que furioso e impotente ve avanzar al develamiento (que siempre fue asi, pero que estaba tapado, omitido, tergiversado) de la construcción social y por ende colectiva del saber. Que el arte no es esencia, abstracción situada en un falso sitio separado de la realidad . Que si no es esencia, que si no hay textos desvinculados del contexto, a hacer honor entonces a la intertextualidad, al dialogismo de Bajtin! (sabio señor que dijo que todo texto dialoga siempre siempre con antecesores, que será retomado por posteriores, y que en cada texto habitan otros textos), y creemos textos que se crucen, se entrecrucen, en múltiples direcciones, en red, en proceso enriquecedor. Con reglas y parámetros, o sin ellos (por concienzuda decisión o por simple desconocimiento). Pero escribir juntos, cómo salga, cuando salga, lo que salga.

domingo, 15 de mayo de 2011

Cuento primero de la Señora con sombrero

Publicado por Sofía on viernes 23 de enero de 2009
Etiquetas: Cuentos de la Señora con Sombrero / Comments: (5)



Una señora con sombrero se dirige a la estación de trenes (habrá notado el transeúnte observador la ligereza de su paso, casi un baile surrealista, entre la masa apática de la estación). Debe partir a una ciudad muy lejana de la cual no interesa el nombre. Una señora con sombrero y un boleto de tren se sienta en la ventanilla que mira al lago y en la misma se confunden sus ojos con el cielo. El invierno ha recitado un soneto a las flores del camino y estas han subsistido (ella ríe de la estupidez que acaba de pensar). Una señora con sombrero, un asiento en el tren y una estupidez en la cabeza ahora quiere leer. Entonces, quita el libro del señor vecino dormido y lee un manual de instrucciones para una cámara de fotos. La señora con sombrero, un asiento en el tren y la escasa culpabilidad de hurto juega con sus manos y deja el manual. A continuación, observa a los pasajeros e intenta adivinar su nombre, si acierta tres viaja hasta Estambul, si son cinco hasta Ankara, si son diez hasta Uzbekistan. La señora con sombrero, un asiento que da a la ventanilla, un libro devuelto y un juego sin sentido adivina el nombre de tres mujeres y dos hombres (lo corrobora con la etiqueta del equipaje). Procede entonces a definir su camino, pero no recuerda a que ciudad correspondería ir entonces (el lector que no recuerde la ciudad correcta no puede declarar severas críticas sobre su salud mental). Una señora con sombrero, con nariz fría y viento en el cabello, con sol besando la frente y una memoria tan frágil como el capullo que acaba de pisar emprende el regreso sola.
Nota: no llevaba equipaje

Que salga que salga!

Que lindo mensaje Hora!
Yo estos días he entrado al blog de LQS con esperanzas de leer algo de nuestros otros loquesalgueros, he miroteado sus blogs y han capturado mi atención. Leí un par de textos de Lukaka (uno que hace un pequeño racconto de la película into the wild me convocó como lectora-cinéfila, también me saqué las ganas de terminar de conocer el texto "hay" que no nos terminaste de leer), un par de Aye (hay uno en letras grandes rojas que lo leí dos o tres veces, me pareció hermoso Aye), un par más de Dani (waw, cuanta existencia en esos textos, hay uno con el que me sentí muy identificada, pero no me atrevo a confesar con cual...), los blogs de Igna, Hora, Sopa y Tefi son lugares que visito a menudo, muchas veces en silencio, pero siempre me quedo.

Nada, decirles que yo tengo ganas. Que acá estoy, dispuesta. Que quiero.
Pienso que querer es algo que puede pasar o no, que puede responder a tiempos y formas distintas según cada cual... pero que sé yo: estaría bueno! Y eso me alegra!

Les cuento, la otra noche tuve una noche desencontrada, y escribir para responder a la primer consigna (ignacio no vino-mapa-caballito) fue un buen cable a tierra. Es bueno, lindo y cálido tener un lugar común.

LQS, chin-chín!

sábado, 14 de mayo de 2011

¿Y si nada sale?

Amigos,

Escribo desde Mendoza para comentar algunas cosas que se me pasan por la cabeza a propósito de los textos que hemos posteado en el blog. Por el momento hemos sido Igna, Lu y yo los valientes. Si este es un proceso de conocimiento, me creo autorizado a decir que a Igna lo conozco bastante, a Lu la estoy conociendo y tengo la mejor o la peor perspectiva para conocerme a mí mismo. Sea como sea, sin dudas funciona, y me parece una experiencia muy gratificante recorrer los textos buscando a las personas que los escribieron. Mi modus operandi es leer el texto antes de saber quién lo escribió: en mi caso acerté sin margen de dudas (jojo), en Igna estuve bastante seguro y en Lu no tenía la más pálida idea. Me gustaría (recorrer el camino para) saber si algún día podré terminar de leer un texto y decir "esta es la alborotadora de Estefi" o "aquí está el mulficético Lukaka", o etc. Sería muy lindo que sucediera así.

Algo de lo que hablamos con Lu hace unos días es que en los primeros tiempos, si queremos que esto funcione, vamos a tener que ponerle empeño. Puede que a veces no surja con suficiente facilidad el escribir, o aportar lo que sea que se tenga para aportar; pero creo que hasta tanto esta iniciativa haya agarrado un envión que la autonomice (¿existirá esa palabra? Debería existir) de la necesidad de forzarnos (siempre en la menor medida posible) a compartir contenido, va a haber que pelear un poquito. Creo que el potencial del grupo (que creo haber percibido claramente en Che Camilo, a pesar de la inapropiadísima banda sonora) amerita el sacrificio.

Entonces vamos, mis valientes, vuelvo a invitarlos a cumplir la subconsigna. Así podremos ir conociéndonos y así haremos dar los primeros y trabajosos pasos a este gigante recién despierto que es el grupo. Claro, así sucede a la mañana (¿no Igna?), los primeros pasos son los más trabajosos, el mundo está más frío que el cálido abrigo de las sábanas, se siente palpable la pugna entre la planta de nuestros pies y el suelo que busca sacársenos de encima y hacernos caer hacia arriba, uno siente la vida como lo haría un submarino en el desierto o un camello en el fondo del mar; pero esa sensación se va disipando, y cuando queremos darnos cuenta, estamos viviendo sin darnos cuenta.

Entonces vamos, adelante, nos invito a dar los primeros y más trabajosos pasos, y agrego una promesa de campaña: cuando el grupo se haya despabilado, lo que ahora supone forzarse a lo que uno nunca, pero nunca, debería ser forzado, será tan natural y necesario como el agua que respiramos (claro que la frase no es así, pero una vez una amiga lo dijo así y me dio tanta gracia que lo repito unos 10 años después; igual, se entiende).

Abrazos!

Pd: el mundo entero cabe dentro de un "lo que salga".

miércoles, 11 de mayo de 2011

Algo de lo que hemos hablado recién con Horacio (acerca de sumergirnos en el material de los otros, acerca de conocernos, pensarnos, acompañarnos en el encuentro con la escritura) evocó este viejo texto que acá les dejo:

A un amigo

Me has hecho notar, o quizás recordar, que vivo aquí dentro y que respondo pocas veces cuando me hablan. Responde mi voz. Yo me siento a esperar que alguien me hable a mí. ¿Haré mal en agazaparme en un rincón? ¿debería gritar? ¿gritar qué?. Se trata de una exigencia que profiero: Sólo hablaré con aquel que me halla escuchado. La culpa montada en un búho me acecha de sólo pensar en tales pretensiones. Pero algo me dice que la pretensión es la expiación de algo que sólo es, sin más. Es: la alternativa del todo o nada: o las voces llegan a aquel rincón y puedo contestar, o no llegan. Un juramento: Y-o n-o l-o d-e-c-i-d-o. Siempre llegan voces que puedo reconocer, porque traen entre sus letras algunas de las entrelíneas que han tomado de mi hablar. Nos reconocemos: nos traducimos. El problema es olvidar lo que me has recordado: que la mayor parte del tiempo habla por mí una especie de cúmulo de clisés, hábitos lingüísticos, palabras autómatas, constantes exilios de mí; y yo que sé, cosas que pasan en las cuerdas de mi garganta.

Como hoy, cuando una voz llega airosa al genuino oído de mis entrañas, mi cara de escéptica se borra, y cree. Cree y cree. Cree y cree y cree sin parar y desesperada. Y yo que sé, me debo fe, lo sé. Una y mil veces me debo fe, pero me has recordado al menos que tuve y tengo el hálito para hablar, para invitar, porque aquí estás.


Lucía

Quiero Errar!

Lo pospongo por primera vez sabiendo como va a ser la cuestion la proxima vez que suceda.
Mañana se que hare lo mismo, lo mas rapido que se me viene a la cabeza es lo siguiente: no como nada. Con eso bastará!
pero no fue asi, el siguiente paso fue abortar el baño.
La suerte esta echada... ya no queda mucho por hacer, se cual es mi responsabilidad. Pero tengo fundamentos muy fuertes para quedarme donde estoy, de hecho no existe mejor lugar en el mundo que este.
Pero a todo esto, yo sigo pensando, filosofando y y el tiempo pasa, se agota, y mi responsabilidad se va.
Tiene que existir un retruque que me obligue a salir de esta situacion.
Se que es lo que tengo que hacer.
Es dificil, es una lucha interior, una guerra sin cuartel.
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Arriba y a trabajar!
hoy me quede dormido por 2º vez en la semana

Nostalgia hasta en los cartílagos

Cada vez que me corto las uñas me pregunto cómo sería la vida si ello constituyera un punto de restauración. Es decir, qué sería de nosotros si cada vez que un plan se frustra, un trabajo se arruina, otro amor fracasa o, en fin, cuando todo se va al diablo, uno tuviera la opción de regresar todo a como era la última vez que se cortó las uñas. Sin dudas sería interesante.

Pero, claro, teniendo en cuenta nuestra naturaleza, habría que enmarcar la facultad dentro de ciertas reglas. Por ejemplo, no podrían existir regresos ilimitados, alivianando inaceptablemente todas nuestras acciones; debería ser uno, o a lo sumo dos por corte de uñas. Tampoco debería poder uno cortarse las uñas cada vez que quisiera, generando así puntos de restauración a cada momento, en busca de una existencia perfecta; debería existir una regla acerca del largo mínimo de las uñas que uno pudiera cortar. Y así debería pensarse en miles de contingencias posibles para evitar abusos a los cuales sin lugar a dudas tenderíamos.

De todas formas no son así las cosas. Hasta nuevo aviso, nuestra vida seguirá siendo un permanente prueba y error y, mientras algunos tendrán suerte, otros verán su única oportunidad sobre esta tierra arruinada sin más.

Yo, al cortarme las uñas, seguiré enfrentando una doble frustración: por un lado, sabré que no estaré generando punto de restauración alguno, lo que me obligará a seguir tanteando por la vida como si caminara con los ojos vendados en un bazar; por otro lado, deberé enfrentar la certeza de que siempre, indefectible e irremediablemente, volverán a crecer.

martes, 10 de mayo de 2011

Subconsigna

Hola gente,

Se me ocurrió que, para vestir un poco el flamante blog, para conocernos un poco y para romper virtualmente el hielo, cada uno podría compartir en este espacio un texto propio que le gusta o por el cual se sienta representado. Ya que la intención es en definitiva escribir, me pareció que podía ser útil e interesante.

Abrazos.

Bienvenidos

Amigos,

Sean bienvenidos a esto que no es un blog, no es un taller, no es un grupo de escritores, no es una matiné ni es, en definitiva, nada concreto. Esto es "Lo que salga" (clink *sonrisa*) y la idea acá es que todos compartamos lo que a cada cual le salga; y si ese algo que le sale a cada uno hace que a alguno de los otros le salga algo más, entonces Lo que salga (clink) habrá cumplido su cometido. Dani. Estefi, Lu, Sofi, Aye, Lucas y yo, seamos todos bienvenidos.

Ah, y también podríamos estar bienviniendo a otro miembro pero...

Nos vemos la próxima!
Abrazo,

Hora