martes, 24 de mayo de 2011

vaivén (o canción de cuna)

Un osito verde
-que ni rosa, ni celeste-
me esperaba antes de llegar
Una muñeca de trapo confidente de secretos de mazapán
Y una perrita en blanco y negro, compañera de aventuras invisibles
Un coro de curvas que danza en los oídos,
una triste historia de cigüeña
y varias lágrimas en su honor.
Un jacarandá y una vaca, clavados al sol
Hormigas valientes enfrentan a un despótico pie
Dibujos, garabatos de letras, tiemblan en la sien
Un monigote de arena, un gato de humo y una nena de carbón,
escondidos entre hojas, habitan y susurran sus melodías
desde un baulcito que acuno en las noches

Y sueño con colmillos de luna y espadas de viento
Clavando, cortando, separando, el cielo del mar
Mientras me mece el acompasado cabalgar de un caballo en vaivén,
compañero de madera (cortos años, largas historias –para armar-)

Y vuelven los extraterrestres de hojalata a golpear mi puerta de papel,
-que no estoy, que quizás, que ya fueron, que ya lo viví,
que se vuelva de donde vino o que se quede conmigo-
No quieren oxidarse ni que su agudo filo deje de asombrar a los espejos
(Por eso golpean con insistencia frente a la puerta de papel)

El vaivén, el cosquilleo del vértigo (que tan fácil era conseguir!),
aferrarse fuerte a sus orejitas
y dejarse llevar,
por los caminos de mil colores
que el caballito de madera
quisiera transitar

ahora te veo,
allá en el estante,
arriba,
descansando de tanto ajetreo,
y te pido
me traigas
aquellos sueños con colmillos de luna y espadas de viento
que clavan, cortan, separan, el cielo del mar
Para enfrentar las olas del desengaño
que llovieron, llueven y quedan por llover.

2 comentarios:

  1. "aquellos sueños con colmillos de luna y espadas de viento que clavan, cortan, separan, el cielo del mar"
    muy bonito!

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  2. lo volvi a leer y llegué a una conclusión:
    aye, sos un algodón.
    :)

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